viernes, 9 de marzo de 2018

¿Qué sentimos cuando nos rompen el corazón?

Cuando hablamos de corazón roto usamos un lenguaje para explicar nuestro dolor como si fuera físico y utilizamos frases como “me duele el pecho” “mi corazón está hecho pedazos” “me dejó una cicatriz enorme” o tenemos síntomas como pérdida de apetito, debilidad y las defensas bajas.

En toda nuestra cultura social están presentes las historias de amor y por supuesto las dolorosas rupturas. ¿Pero el “corazón roto” es un concepto abstracto o tiene efectos importantes en el cuerpo físico y en el cerebro?

Cuando sentimos un dolor físico como una cortada o una enfermedad, se estimula la corteza anterior cingulada y es la misma parte del cerebro que se estimula cuando sentimos dolor emocional al sentirse excluido o sentimos la pérdida de un ser querido. Por lo que éstos dolores no son tan diferentes como pensábamos.

De hecho, algunos estudios revelan que los humanos prefieren ser lastimados físicamente que emocionalmente.

Sabemos que el cuerpo usa el dolor físico para advertir el peligro, por ejemplo, cuando tocamos algo caliente y nuestro cuerpo nos avisa que eso nos puede lastimar, por lo que quitamos la mano con velocidad y no la volvemos a meter al fuego.

¿Pero por qué si sentimos tanto dolor, seguimos buscando estar acompañados, aunque esto tenga el riesgo de salir lastimados?

Para poner este ejemplo en perspectiva, y desde una teoría más evolucionista, todo lo que aumenta nuestras probabilidades de supervivencia y nos hace más fuertes es más probable que persista. Por lo que las relaciones entre humanos se hicieron importantes desde la prehistoria, incluso en simples acuerdos como: “yo cazo mientras tu cuidas mi espalda”.

Entonces el no querer estar solo es el mismo sentimiento de no querer quemarse con lo caliente, queremos aumentar nuestras posibilidades de supervivencia, por lo que arriesgamos nuestro cuerpo. Riesgo que en muchas ocasiones hasta vale la pena el dolor.

Fuente: "Un día más culto"